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COMUNIONES DE HACE UN SIGLO EN PETRER por Mari Carmen Rico Navarro

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COMUNIONES DE HACE UN SIGLO
COMUNIONES DE HACE UN SIGLO

Mañana domingo, 12 de junio, la Iglesia Católica celebra la Santísima Trinidad que tiene lugar justo después del domingo de Pentecostés y antes del Corpus, cuya festividad se festejará el jueves 16 de junio.

11-06-2022 Mari Carmen Rico Navarro

Mari Carmen Rico Navarro
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En Petrer, durante tres domingos 29 de mayo, 5 y 12 de junio, se están celebrando las primeras comuniones de muchos niños y niñas.

Nosotros, en esta ocasión queremos volver la vista atrás y ver cómo se recibía este sacramento en los años 20 del pasado siglo. El Domingo de Pentecostés es el séptimo después de Pascua y es un día muy importante en la liturgia católica ya que se conmemora la venida del Espíritu Santo y el inicio de las actividades de la iglesia. Este mismo día, pero del año 1928, hace ahora 94 años, en Petrer, se celebraron las comuniones y fueron un total de 26 niños y 25 niñas los que recibieron por primera vez el sacramento de la eucaristía. Comulgaron las tres clases de niñas y las dos de niños que asistían a la escuela pública que por aquel entonces se denominaba “la escuela nacional” y, también tomaron la primera comunión algunas niñas que iban a las dos escuelas privadas que había en el pueblo.

COMUNIONES DE HACE UN SIGLO
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La ceremonia religiosa la organizaron el cura párroco y el vicario de la parroquia de San Bartolomé Apóstol, en colaboración con las maestras y maestros. La edad de comulgar rondaba los 9 años. La catequesis no era como ahora que se imparte en la Casa de la catequesis, sino que se daba en los mismos colegios y eran los maestros los encargados de adoctrinar a los niños en la fe católica

COMUNIONES DE HACE UN SIGLO
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Ese domingo de 1928, Petrer se despertó, a las 8 de la mañana, con los alegres acordes de la banda musical “La Unión” con su director Manuel Alemany el Maleno al frente, que recorrió las principales calles de la población, y seguidamente se dirigió a las escuelas donde los niños esperaban contentos e impacientes para trasladarse hasta el templo acompañados de sus respectivos maestros. Tras la misa tendría lugar el convite que, se hacían o no, dependiendo de las posibilidades económicas de las familias. Los convites, cuando se hacía, eran a base de pastas acompañadas de una chocolatada. Ese mismo día, a las 6 de la tarde, tuvo lugar la procesión en la que participaron las Hijas de María, congregación religiosa compuesta por las chicas jóvenes de Petrer. En la procesión participaban “los angelitos”, niñas pequeñas vestidas de ángel cuya presencia daban una nota simpática a este acto religioso.

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Igual que había niños que no comulgaban porque los padres no eran creyentes, también había niños que no lo hacían por la situación económica de la familia que, la mayoría de las veces, era muy ajustada. Algunos de estos niños comulgaban gracias a las mujeres que se encargaban de la beneficencia, éstas les confeccionaban a las niñas un vestido corto de color blanco para salir del paso. Todos los que las veían sabía que aquella niña iba de caridad, puesto que su traje era muy diferente en cuanto a confección y calidad que los de otras niñas de familias más acomodadas. También algunas niñas cuyas familias no contaban con recursos económicos comulgaban con un traje de color y se cubrían la cabeza con una mantellina negra porque no tenían suficiente dinero para comulgar de blanco, ya que el traje blanco de comunión era caro puesto que requería de complementos como el velo, la bolsa y otros elementos que lo encarecían.

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Que la banda de música recogiera a los niños en las escuelas y los acompañara hasta la iglesia era motivo de alegría, júbilo y emoción no solo para los pequeños, que recibían por primera vez la eucaristía, sino también para todo el pueblo que celebraba este acontecimiento como una jornada festiva.

Durante la guerra no se realizaron ni bautismos, ni comuniones, ni bodas por la iglesia. En el año 2020 las comuniones tuvieron que celebrarse en el mes de septiembre debido al COVID-19, pero, por fin, tras el parón y la desazón sufridos por la pandemia ha vuelto la normalidad y todos los niños y niñas de Petrer que se han preparado para ello han podido recibir la primera comunión.



 

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