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CARTA ABIERTA A LA CONSELLERA DE SANIDAD – SIMAP

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Señora Barceló: esta mañana usted ha afirmado que el contagio del personal sanitario se puede haber producido de muchas formas, visitando a sus familiares o viajando, aunque “puede haber algún profesional que se haya contagiado en el propio centro” y además ha aseverado tajantemente que “en este momento no hay ningún hospital que no tenga material”. 

Ana Barceló gvaoberta.gva.es
Ana Barceló gvaoberta.gva.es

SIMAP 24.03.2020

Esta segunda afirmación lleva implícito el reconocimiento de que anteriormente sí han podido faltar dichos elementos de protección, y la primera obvia que el porcentaje de sanitarios afectados es muy superior al de la población general.

Estos comentarios, en boca de la responsable de la sanidad valenciana, suponen un desprecio indudable a los profesionales bajo su dirección, pues ofende a la inteligencia e insulta al esfuerzo y dedicación de los trabajadores.

Un compañero lo ha expresado muy bien: “señora consellera, ni nos hemos ido de vacaciones, ni estamos en contacto directo con nuestras familias, cada minuto. De hecho, los primeros que estuvimos sometidos a medidas restrictivas en la Comunidad Valenciana fuimos los médicos. ¿Recuerda el cese inmediato de cursos, congresos y permisos a todos los facultativos valencianos?”

¿Nos estamos volviendo locos? ¿Cómo es posible que la responsable de Sanidad haga esas declaraciones con un número de contagios del personal sanitario de 5400, y con un incremento de 2000 en las últimas 48 horas? ¿Cómo es posible que afirme que no ha habido falta de medios de protección cuando disponemos de testimonios desesperados de muchos profesionales en muchos centros? ¿Por qué se han multiplicado las iniciativas de ciudadanos solidarios para fabricar o conseguir elementos de protección para el personal sanitario si no hubiera una flagrante escasez? ¿Cómo son capaces de ponernos en la trinchera sin fusil, sin siquiera tener la honradez de reconocerlo?

Estas declaraciones nos duelen profundamente. Y, además, en un contexto de malas palabras y actitudes autoritarias de muchos responsables. No nos merecemos esto. Ya nos cuesta superar nuestro temor y trabajar hasta la extenuación a todos los niveles. No nos va a hundir, pero la indignación nos brota por cada poro de nuestra piel, ya muy castigada.

Así que lea con atención.

En plena emergencia sanitaria por COVID19 uno de los elementos de mayor discusión es la falta de dotación de elementos de protección adecuada a los trabajadores de las instituciones sanitarias, en especial a médicos/as, enfermeras/os y técnicas/os de cuidados de enfermería, pero sin olvidar la situación de riesgo inaceptable al que también se ve sometido el personal encargado de la limpieza de los centros.

Los trabajadores de la sanidad valenciana hemos denunciado desde el principio la obligación legal que tiene la Conselleria de Sanidad de proporcionar a sus trabajadores equipos de protección individual (EPI) adecuados para el desempeño de sus funciones y velar por el uso efectivo de los mismos cuando, por la naturaleza de los trabajos realizados, sean necesarios, tal como recoge la ley de prevención de riesgos laborales. Además, disponer de estos equipos es un elemento básico de la lucha contra la epidemia. La disponibilidad de los EPI ha sido muy heterogénea en función del departamento de salud, del área asistencial y de la categoría profesional. Pero en general, se ha restringido la dotación de las medidas de protección adecuadas y se ha forzado a reutilizar el equipo desechable, hasta el punto de que, en lugar de proteger, esta práctica podría resultar peligrosa.

La consecuencia indudable ha sido que los trabajadores de la sanidad hemos tenido un nivel de contagio elevado a consecuencia de la falta de EPI adecuados al trabajo que se está realizando. La gestión de los EPI no ha garantizado el derecho a la protección de la salud de los trabajadores, y hablamos de gestión y no de existencias, porque nos consta que no ha existido un desabastecimiento franco sino una restricción en el uso, que se suma a una banalización del riesgo al que nos encontramos expuestos los trabajadores por parte de algunos responsables en los diferentes departamentos de salud.

Somos conscientes de que hay muchas cosas que era imposible prever y que no se pueden resolver de la noche a la mañana, pero sí creemos que se puede exigir sinceridad y capacidad de reconocer la situación en la que se han encontrado los trabajadores de la sanidad valenciana, y especialmente si esos estos trabajadores están bajo su dirección y cuando es una evidencia el porcentaje tan elevado de infectados, aún sin haber realizado las pruebas diagnósticas a la mayoría. Lo que posiblemente conduzca que este porcentaje reconocido cercano al 14% sea bastante superior.

Trabajadores/as cuyo contagio se podría haber evitado si se les hubiera protegido con los equipos adecuados y no someter a sus familias a un riesgo innecesario, resultado de una gestión inadecuada.

Lo peor de esta crisis está por venir. No se pueden prever en este momento las consecuencias de haber expuesto al personal sanitario a este riesgo de contagio.

Debemos evitar que la sanidad pública no pueda contar con sus mejores profesionales cuanto más los necesita. Ya sabe lo que hacer.

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