Diversos establecimientos públicos nos comunican la visita de una persona con el timo del revisor del extintor, ya viejo pero poco conocido.
El timador se hace pasar por empleado de la empresa de prevención de incendios contratada para realizar la inspección obligatoria de los extintores y sustituirlos en su caso. Logra cobrar entre 50 y 100 euros y sigue su camino en pos de una nueva víctima.
Posiblemente sabía que los responsables de los negocios se encontraban ausentes. Así que el timador presentó sus falsas credenciales y convenció en un momento a los trabajadores de que tenía que revisar los aparatos. Obtuvo el dinero de la caja y puso pies en polvorosa.